¿Qué es una Smart City?

Las innovaciones tecnológicas suceden tan rápidamente que a veces ni siquiera son aprovechadas al máximo de su capacidad antes de evolucionar de nuevo. Las ciudades desempeñan un papel fundamental en este nuevo escenario, debido a que es cada vez más prioritaria una gestión más eficiente de los recursos naturales y económicos. Las nuevas tecnologías han pasado a ser una herramienta fundamental en este sentido.

Las ciudades se enfrentan de este modo, a retos de crecimiento y gestión de los recursos para poder abastecerse. Las ciudades pasan a tener entidad propia y ya no son un mero receptáculo de personas, empresas y equipamiento.

Las ciudades necesitan ser rentables. Deben ser capaces de retener y atraer el talento, la capacidad de desarrollo, la cultura, el conocimiento, la innovación, la calidad, la economía, etc., son como un organismo vivo que crece y aprende. Un organismo que se alimenta, que compite y produce.

Una ciudad inteligente es aquella que gestiona sus recursos y energía de manera óptima, mejorando la vida de los ciudadanos y su entorno. Una ciudad inteligente optimiza los servicios y mejora la rentabilidad de su uso, englobando aspectos sociales, técnicos, políticos y funcionales.

Una ciudad inteligente modelo trabaja con sus ciudadanos, empresas y administraciones públicas en torno a 6 características basadas en el concepto de INTELIGENTE:

  1. Economía inteligente: que una ciudad sea competitiva, impulse el espíritu innovador y el emprendedurismo profesional y personal. Una Smart City incentiva la creación de distritos y clústeres que potencien sus capacidades económicas territoriales, mientras que a su vez promueve instancias de asociación pública privada para financiar infraestructura urbana.
  2. Ciudadanos inteligentes: que una ciudad aumente el capital social a través del aumento de cualificación y el aprendizaje continuo. Una ciudadanía formada aporta a las administraciones públicas innovación e incentivos para el desarrollo de I+D+i.
  3. Gobierno inteligente: que la toma de decisiones sea participativa y la gestión de gobierno transparente, abierto, enfocado en mejorar la atención al ciudadano. La digitalización y modernización de los procesos de gestión en una ciudad es la base para facilitar la relación de los gobiernos con los ciudadanos a la hora de ofrecer información accesible y básica, trámites y pago de impuestos, relevamiento de incidentes en la vía pública, digestos normativos.
  4. Entorno inteligente: que una ciudad preserve sus recursos naturales locales y los gestione de manera sostenible, controlando y gestionando la gestión de residuos. Las nuevas tecnologías pueden utilizarse para proteger y preservar los recursos naturales, reduciendo la contaminación y mejorando la protección ambiental, reducir costos de la recolección de residuos sólidos urbanos, mejorar la eficiencia energética en edificios públicos, la gestión del agua y riego inteligente, y la implementación de fuentes de energía sustentable.
  5. Calidad de vida inteligente: que impulsen mejoras en la calidad de vida a través de la integración cultural, la educación, a través del turismo, mejoras en la condiciones de salud y de seguridad.
  6. Movilidad inteligente: ciudades accesibles con infraestructura TIC y sistemas de transportes sostenibles, cómodos y seguros. Las Smart Cities optimizan los servicios mediante redes de sensores o equipos de control, que distribuidos en un territorio permitan recopilar y gestionar información (alumbrado, tráfico y seguridad vial, control ambiental, residuos, estacionamiento, control de flotas).